viernes, 19 de agosto de 2011

GRACIAS A TODOS.


Después de publicar la crónica  del Trofeo Colmenar me he visto obligado a escribir este segundo pod.
El ver la foto de Pablo De los Ríos recogiendo el trofeo y unirlo por casualidad con el encabezamiento de la portada del blog donde celebramos la consecución del trofeo del Día de Andalucía, seme ha venido a la cabeza una frase que escuché sobre el mes de febrero en nuestras instalaciones.
La frase la dijo una madre y fue la siguiente: “dejad que disfruten que no están acostumbrados a ganar nada”.
Después de pasar por la coordinación del club, y estar este año con el grupo, dedicado únicamente a ellos, puedo reconocer que el trabajo con los chicos debe de ser siempre lo más importante. Muchísimas veces me han referido este grupo de padres que estaban abandonados, que tenían un problema sobre la formación y educación (deportiva) de sus hijos.
 La repuesta desde la coordinación era siempre la misma, veía imposible que nadie diera con la tecla en este grupo. Cada año se cambiaba de entrenador, la mala suerte, o la mala planificación hacían que cada año tuviesen un entrenador  diferente con resultados nada positivos.
Desde mi posición siempre aborde el tema como un mal menor,  veía imposible que nadie fuese capaz de enseñar o guiar deportivamente a un grupo de chavales con 8 años, con el tiempo o desde fuera me he dado cuenta, que todos los chicos deben de tener como educador, (entrenador), alguien que los pueda guiar y sobre todo enseñar.  Que los entrenadores se tienen que esforzar para conseguir que los chicos aprendan, que deban de trabajar para que los chicos se sientan a gusto, en definitiva que para ser entrenador también hay que currar.
El verano pasado unas de mis últimas decisiones como coordinador fue coger yo el grupo, averiguar si fallaba el sistema o era el grupo el que generaba el problema.
Ninguna de las dos incógnitas fueron resueltas.  Desde mi punto de vista puedo decir que el fallo radica en las personas que nos colocamos un silbato o una gorra para dirigir a los chavales. En la implicación que hacemos durante la temporada. En el tiempo que le dedicamos a preparar una sesión.
Esta temporada he podido disfrutar unos de mis mayores logros deportivos con estos chavales, hemos jugado un futbol de quilates, nos hemos divertido jugando a lo que más nos gusta.
El comienzo fue duro, una planificación errónea mandaba al garete toda la planificación de la pretemporada, desde mi punto de vista, padres y jugadores tenían asimilados que venían a echar un rato, a ver como se divertían los chicos y de camino que hiciesen algo de deporte. Tuvimos que decirle a varios jugadores que debían de jugar en  otro equipo, ¿Cómo le explicas a un papa que el ritmo de entrenamiento de un grupo puede perjudicar a su hijo a la hora de divertirse jugando al futbol? (Gracias a los que entendieron la decisión).
Además, la temporada no esperaba y  la 1º vuelta llegaba a su fin, el equipo jugaba mejor pero los resultados no eran los deseados, una posición 13 que a nadie hacia sonreír.
Las vacaciones vinieron bien y todos llegamos con el chip de que veníamos a currar, de que los chicos se divertirían mejor si los resultados también acompañaba. Jugadores, entrenadores y padres nos reincorporamos a los entrenamientos con la cabeza puesta en que se jugaba en una categoría que el resultado si valía. Que el ganar o no ganar tenía repercusión.
Final de temporada en 7ª posición, campeón del Torneo Día de Andalucía, Subcampeón de la Copa Federación Malagueña y la semana pasada campeón del Torneo de Ferias de Colmenar.
Siendo un equipo donde la deportividad es la esencia del juego, donde todos los chavales deben de jugar, donde no existen adversarios, si no compañeros de juego,  etc………
Antes de dar las gracias me gustaría dedicar estás palabras a los jóvenes – mayores que nos calzamos la botas para jugar a ser entrenadores. El trabajo al final da su recompensa.
Gracias a todos, padres por dejarme participar con estos monstruitos tan magníficos en el crecimiento tanto deportivo como educativo, gracias a David y Juan Antonio por ser como son, con las discrepancias de unos y otros casi siempre llegábamos al equilibrio.
Y tan solo, con lo vivido esta temporada y Colmenar, esa frase sea una anécdota más para recordar…….gracias, gracias, gracias. Estoy ansioso para comenzar la pretemporada.

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