Con olor a Champions empezó la tarde camino del estadio,
autobuses municipales engalanados con los colores blanquiazules, y un dispar de
marcas deportivas vestían a la muchedumbre que caminaba por la avenida Dr.
Marañón.
Ya en el estadio la fiesta llegaba a su punto cumbre. El himno
a capela por los aficionados y la alegría de los mismos hacían acercar Europa
al sur de España.
Un Málaga con mucho oficio, quería resolver pronto el
partido, las numerosas llegadas de las que dispuso el equipo boquerón hacía
suponer que el partido tomaría tintes de fiesta.
El Sporting se presentó en La Rosaleda con unas mínimas
esperanzas de salvación, tenía que ganar y esperar lo que hiciesen otros.
Ya en el segundo tiempo, Rondón haría saltar por el cielo
malacitano un grito que se escucharía por todos los rincones del viejo
continente.
El Málaga CF se hacía oficialmente equipo de Champions, con
permiso de la previa.
Al final del partido, el graderío ovacionaría a la afición gijonesa,
el artista Joaquín torearía una de sus faenas más bonitas, Kameni haría su
triple salto mortal, Van Nistelrooy sería manteado por todos sus compañeros en
el día de su despedida.
Un vástago del central Demichelis haría cantar el gol más
feliz a la afición al final del partido.
Al final fiesta por todo lo alto en Málaga y que tiemble
Europa.
Saludos.
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