miércoles, 29 de septiembre de 2010

Malaga cf.


En el partido de anoche con el Málaga pude vivir diferentes estados de ánimos, como  un equipo es capaz de gustarte y no gustarte a la vez, y sobre todo irte contento para casa.
Lo que se está viviendo en La Rosaleda esta temporada son multitudes de sensaciones sin dueño, deseos de ser grande, confirmaciones de un cambio. La gente va al futbol con la idea de ver algo diferente, así es muy fácil agradar. Jesualdo ha dado que los malagueños veamos mas blanquiceleste que nunca.
Durante los primeros 15 minutos mi estado de ánimo estaba sobrevalorado,  tenía ganas de montar mi residencia en la misma Rosaleda, un partido  jugado con este ritmo no debería de terminar nunca. Rápido desperté del sueño y tuve que poner los pies en el suelo, Jesús me pregunto por la hora en el mismo momento que Cazorla con fortuna nos hacia el empate.
De nuevo se venía abajo otra ventaja, pero no importaba, el equipo tenía criterio y sabía a lo que jugaba. Vaya me equivoqué de  equipo, el Málaga volvió a las andadas, tuvo momentos, y un equipo contrario que hacia  jugadas ofensivas de miedo, Rossi, Cazorla, el pichichi Nilmar y  un Borja Valero en estado de gracia. Toda una maquinaria amarilla, donde el juego desarrollado fue exquisito durante todo el partido. Tuvo el partido controlado en todo momento y los tiempos del mismo pasaban por el reloj de todo un campeón de Europa como es Senna.
Rubén cada día me gusta más, es un portero que desde las gradas en ningún momento me hizo encender un cigarrillo, ahhh demostró que sabe salir en los centros y en el uno contra uno hizo un paradon a una sola mano espectacular.
La línea defensiva no gusto, con un pero, Wellington si sabe hacer las cosas, para mi uno de los mejores. Kris en esta ocasión, nos puso el corazón en un puño en algunas salidas de balón, (a lo mejor no estamos acostumbrado al futbol arte llevado desde atrás).
De los laterales mejor lo saltamos, hasta un crio de 5 años no entendía el porqué el jugador del Málaga (Iván) corría hacia atrás en vez de quitarle la pelota.
De nuevo caemos en los mismo errores del Sevilla, el equipo se repliega olvidándose del balón, hasta la línea de la frontal del área, allí nos matan los buenos.  Rondón si gusta, cada vez que coge el balón piensas en que algo puede hacer, a quien puede doblar, hubo momentos en que los cambios de posición  que realizan los jugadores de arriba desplazaban al venezolano a la banda, donde su participación no era entendible, ¿cómo el jugador que está para rematar tenía que cambiar la función por la de centrar?
Lo de Quincy ya es demasiado, un jugador que cada vez que le llega el balón tiene que inventarse algo, no es capaz de dar el balón a la primera o en dos toques, es un jugador que para el ecuador de la liga seguro que no tendrá nada que enseñar, todos los equipos sabrán de los recursos de que dispone.
Me gusto mucho la salida de Apoño, no se merecía ser pitado, fue artífice de los mejores momentos del equipo, el único que manejó el balón con criterio. Gracias al público tuvo una gratísima salida con la ovación que le fue brindada.
Dos a tres, me fui contento como he comentado y pensando o hablando con Ernesto y mi compañero de asiento que al Madrid le toca pagar los platos rotos en La Rosaleda.

Un saludo y nos vemos………..

Ahhhhhhhhhh porque soy BOKERON.

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